viernes, 13 de noviembre de 2009

LEGALIZACIÓN DE LA DROGA: FIN DE UNA BATALLA

Valentina Sosa Ospina

Estudiante de cuarto semestre de Derecho

Octubre de 2009


Desde que el presidente de Estados Unidos Richard Nixon en 1971 proclama la guerra contra el narcotráfico, declarando ilegal la producción de este tipo de sustancias y castigando a los productores imponiéndoles penas carcelarias, el panorama mundial no ha cambiado mucho, esta guerra por desmantelar la producción de drogas ha causado la muerte de miles de personas y la cantidad de producción no ha disminuido como se pensaría a pesar del dinero que los gobiernos han invertido para terminar con esta problemática social que parece nunca acabar.

Ahora bien, en este ensayo se abordara el tema del mercado de bienes ilegales, en particular el caso de la droga desde la perspectiva de Gary Becker, reconocido economista y uno de los principales exponentes de la escuela de Chicago, ganador del premio nobel, que aplica la economía a situaciones de mercado y no mercado partiendo de la base de que los individuos son racionales, en tanto buscan la maximización del beneficio y responden a los incentivos de los precios, además de esto su actuación en la vida (no solo en situaciones de mercado) corresponde a un juicio de costo-beneficio.

Según Becker un análisis sobre la elasticidad de la demanda de este bien ilegal demuestra que aunque la demanda depende del precio de mercado, el cual es afectado por el costo que se le impone con la persecución y el castigo, la demanda es inelástica, es decir, no hay una alteración apreciable del consumo de estupefacientes ante el alza de los precios, de esta forma un aumento del 10 % en sus precios reduce la demanda solo en un 5%, lo que significa una elasticidad de 1/2. Esto implica que los precios de las drogas aumentan, el gasto real en materia de drogas se incrementa, en este caso, alrededor de un 5% por cada incremento de 10% en el precio[1].

En consecuencia las medidas utilizadas por los gobiernos en la guerra contra el narcotráfico no son las más efectivas debido a que se buscan con ellas disminuir el consumo persiguiendo a los productores con el propósito de acabar la oferta para que los precios de este bien suban y las ventas caigan, de acuerdo con la ley de la demanda. Pero ello no es así, el alza de los precios producto de la persecución ha demostrado que la demanda sobre estos no sufre ningún movimiento negativo relevante, en vez de ello, desde el punto de vista de los productores y distribuidores a quienes el costo de seguir con sus actividades se ve aumentado con la persecución y la prohibición, consideran que aunque un incremento del castigo aumenta el costo y reduce las ganancias de los productores individuales, es un riesgo que están dispuestos a asumir, ya que en la ponderación de los costos y de los beneficios, los segundos continúan siendo superiores en la medida en que si se logra evitar la captura se obtiene más ganancias y la utilidad aumenta con el crecimiento de los precios producto de la persecución que hace el gobierno.

Para Becker la solución al problema del narcotráfico no es la de declarar como ilegal la producción de las drogas sino la legalizándola y fijando un impuesto alto a su consumo y a su producción, dado que un impuesto monetario a un bien legal puede ocasionar una mayor reducción de la producción y un mayor incremento del precio que la represión óptima de la producción cuando el bien es ilegal[2].

Si bien la propuesta que plantea Becker puede ser controversial de acuerdo con el modo de ver de muchas personas, ya que consideran que si la meta es reducir significativamente las cantidades es más fácil lograrlo declarando ilegal la producción de drogas que fijar impuestos, por que el descubrimiento de cantidades puede ser evidencia de producción, mientras que es más difícil probar que no se pagaron impuestos al consumo por la producción clandestina.

Para Becker la legalización de la producción de drogas es una alternativa más viable en la medida en que el mercado de drogas deja de ser un mercado ilegal donde el valor del producto no está afectado por la persecución de las autoridades que buscan reducir la oferta y el aumento en el precio y donde la concentración de la producción ya no se encuentra en manos de unos pocos, que como pequeños monopolios disponen de poder de mercado. En vez de esto, el mercado legal de la droga se determinaría por el juego de la oferta y la demanda, que únicamente se verá afectada por los impuestos que establezca el gobierno para disuadir el consumo del producto, de esta forma, este tipo de de medidas logran que en la guerra contra el narcotráfico los costos monetarios en los que incurre el Estado disminuyan y las vidas que se pierden en las disputas de territorios y rutas de la droga se evitarían, ya que este negocio dejaría de ser tan codiciado cuando se deja a un lado la ilegalidad de la producción y se convierte tan legal como vender cualquier producto en el que los empresarios se encuentran en competencia con igualdad de condiciones.

Conclusiones personales

Considero que este tipo de análisis por parte de un economista da una perspectiva distinta a como los políticos suelen ver el problema y la solución a la producción y consumo de sustancias psicoactivas, ya que desde el punto de vista económico de Becker la solución no puede ser la prohibición absoluta de la producción, puesto que ello sería desconocer la existencia de un mercado latente, cuya demanda es inelástica frente a las medidas adoptadas por el gobierno, que pretende acabar con el mercado a través de la persecución de los productores que generaría un alza en los precios para disminuir y disuadir a la demanda, esto de entrada, desde una perspectiva económica es cuestionable, debido a que siempre existirá alguien dispuesto a pagar el precio de un bien por costoso que sea, además de esto, se continuará con la producción de la droga mientras este siga siendo un negocio rentable que deja muchos dividendos. De tal manera que los sujetos admiten y asumen la existencia de unos costos que si bien son elevados, son solo obstáculos que se presentan en el camino hacia la ganancia de grandes cantidades de dinero.

Por lo tanto, Becker plantea que los impuestos sobre este bien son más efectivos para reducir el consumo en tanto funcionan con independencia de la elasticidad de la oferta o la demanda.

Cabe señalar que no coincido con Becker al considerar que el gravamen de impuesto sobre el producto no es el factor por el cual se lograría una disminución en el consumo y la pérdida de apreciación del negocio de la droga como rentable. A mi modo de ver la sola legalización de las drogas conduciría a que se acabara o disminuyera el interés por este tipo de negocio, puesto que los productores entrarían a competir unos con otros de tal forma que estos carecerían de poder de mercado en la medida en que los precios se determinarían a través de la oferta y la demanda.

Ahora bien, Becker al igual que Posner reconoce que la función básica de la ley es la de alterar los incentivos, es decir, las normas funcionan como precios de manera que si se quiere reducir la incidencia de cierta conducta se aumenta el precio legal en el monto que sea necesario para inducir a cambios en el comportamiento[3]. En relación con esta idea, considero que frente al caso de la producción y consumo de la droga la problemática no se soluciona con el aumento del precio legal, ya que las variantes a considerar van más allá de los costos y beneficios que los individuos plantean al momento de actuar; además de esto los efectos disuasivos que buscan con la imposición de penas no se lograra en el medida en la desigualdad social y económica sea tan marcada que las valoraciones de los costos pueden llegar a ser irrelevantes para los sujetos cuando existe un alto porcentaje de impunidad.



[1] www.becker-posner-blog.com

[2] BECKER, Gary, Mercado de Bienes Ilegales: el caso de la droga, Revista de Economía Institucional, vol. 8 #15 2006.

[3] RUBIO, Mauricio, Economía Jurídica, Universidad Externado de Colombia.

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